Qué semana más movida... Un puente muy largo, y preparando las actuaciones de Navidad. (Si se le puede llamar semana a las únicas dos jornadas lectivas que hemos tenido y disfrutado. Con todo esto, lo que puedo destacar es:
De nuevo, he conseguido arreglar una pizarra digital que estaba inoperativa. Y van tres. La pantalla carecía de los drivers necesarios para poder utilizarla, así como el descalibrado de la misma. Durante la realización de un exámen de los niños de cuarto (me lo pidió expresamente su tutora), conseguí arreglar la pizarra digital y volverla a poner operativa.
Por fin, después de varios días intentando volver a usar los ordenadores en el aula, entre mi profesor Óscar y yo planteamos una búsqueda de información sobre el pintor Giuseppe Arcimboldo, del cual hemos estado trabajando en clase. Si os preguntáis por la actividad de RA que quedó pendiente de terminar, no os preocupéis, pronto podrá estar terminada.
Lo único que no me gusta de estos puentes tan largos es que los dos días anteriores se les infla a deberes a los alumnos, y además el factor dominante son los exámenes a los que se someterán a la vuelta de este acueducto.
Como docente en prácticas, muy cercano ya a la titulación, a partir de la labor de observación que estoy llevando a cabo en este primer año de prácticas, debo decir que NO ESTOY DE ACUERDO con que se mande tantísima cantidad de tarea a los alumnos, ya que no se les deja ninguna clase de tiempo libre. Soy partidario de mandar a los niños una cantidad limitada de deberes, como sería uno o dos ejercicios, pero no fichas, ni ristras de ejercicios que al final lo único que consiguen es que los niños no disfruten de su tiempo libre.
Soy partidario de los deberes, pero a una cantidad sostenida, para que los niños combinen ocio y estudio.
Un saludo a todos y feliz puente!